El objetivo general de las actuaciones en el sector agrario debe ser la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura y ganadería sin que ello implique una reducción de la actividad agraria. Los objetivos generales son:
- La absorción de CO2 a través de la creación de cubiertas vegetales agrarias de carácter arbóreo o arbustivo, como sumideros permanentes.
- La menor emisión de CO2 por disminución de la fabricación de abonos minerales y de labores agrícolas mecanizadas.
- La reducción de metano (CH4) de anaerobios (organismos que pueden vivir sin oxígeno) por utilización de residuos en la agricultura.
Los últimos estudios indican que hay escasas oportunidades de reducción a coste negativo, aunque hay gran potencial en el intervalo de entre 0 y 30 euros/ t CO2 equivalente.
Otro de los objetivos a seguir es el aumento de la capacidad de absorción de CO2 de la atmósfera por las formaciones vegetales (sumideros). Algunas de las medidas para aumentar la cantidad y calidad de estos sumideros son:
- Aumento de la superficie forestal mediante acciones de forestación y reforestación en tierras agrícolas, abandonadas o degradadas.
- Restauración de la cubierta vegetal.
- Identificación de las causas de incendios más frecuentes.
- Establecimiento de acciones en la selva para evitar incendios.
- Control, siempre que sea posible, biológico, de plagas y enfermedades.
- Protección y recuperación de bosques y tierras agrícolas afectadas por la expansión de la desertificación, protegiendo el suelo de procesos erosivos restaurando los ecosistemas degradados.
Algunas opciones para la adaptación al nuevo escenario que plantea el cambio en las condiciones climáticas serían:
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