Hoy en día, personas civilizadas y altamente tecnificadas, personas bastante alejadas de aquellos antepasados, ya no echan los desechos dentro de casa. Ahora unos ruidosos monstruos mecánicos retiran cada noche la basura, para ser depositada en unos agujeros, lejos de la ciudad. Una vez vertido en el agujero, otros monstruos con grandes bocas, lo cubren con tierra apisonándolo lo más posible.
La gran diferencia entre los dos momentos de nuestra historia, no son las máquinas, ni nuestras medidas higiénicas. No. La gran diferencia, es que en las etapas anteriores, las personas aprovechaban hasta la médula de los huesos, además de constituir comunidades pequeñas, más o menos arraigadas en el medio.
Por contra hoy día por nada echamos todo, además de vivir agolpados en las ciudades. 80 Kg de residuos de cada 100 que generamos van a parar a un vertedero.
Las cosas como son: siempre que generamos desechos, necesitamos un vertedero. Con los residuos podemos hacer balas, compost, reciclarlos, incluso quemarlos ... siempre hay un rechazo, una ceniza (considerada residuo peligroso) que necesita un vertedero.
Hace falta pues cambiar la realidad, tenemos que reducir la producción de residuos y, de los generados, aprovechar como mínimo 80 Kg de residuos de cada 100.