Surgirán conflictos territoriales por los recursos naturales. En algunos casos, como el agua, se prevé que se agraven los conflictos que ya están presentes.
Otro motivo de posibles discrepancias será el de la asignación de recursos financieros procedentes del sector público que se necesiten para atenuar los daños producidos por el cambio climático.
Habrá repercusiones en la economía de los destinos turísticos y todos los sectores relacionados con ellos -agrícola e industrial que suministran productos a la hostelería y restauración- tendrán que acomodar su stock de una forma más flexible para adaptarse a la demanda.
En el ámbito de los seguros, posiblemente se desarrollará el seguro de anulación, que garantice al turista anular el viaje en el último momento si las condiciones climatológicas impiden realizar el viaje.
Los seguros también serán utilizados por las empresas del sector turístico como se usan hoy en día los seguros agrarios, es decir, seguros que contemplen la posibilidad de que situaciones climatológicas extremas afecten a la evolución del negocio.
En cuanto al transporte, teniendo en cuenta que el avión es el medio que más emisiones de CO2 produce por trayecto, es posible que aparezcan normativas que reduzcan su uso, lo que tendrá un evidente impacto sobre el turismo, en el caso de España sobre todo en las islas.