La influencia del clima sobre el turismo puede actuar como factor de localización turística (el clima impide o facilita el asentamiento de actividades turísticas), como recurso turístico (el clima se incorpora a un bien o servicio turístico) y como atractivo turístico (el clima aporta calidad, seguridad y disfrute a la práctica turística).
La sensibilidad del turismo frente al clima se manifiesta:
- En el establecimiento de zonas turísticas: el clima es el responsable de la alta concentración geográfica en los destinos turísticos de las costas mediterránea o las islas.
- En el establecimiento de calendarios: el clima es uno de los factores principales que hace establecer el calendario vacacional. La estacionalidad es acusada a escala global, la mayoría de los viajes de la demanda nacional se concentran durante los meses de julio, agosto y septiembre.
- En las edificaciones e infraestructuras turísticas: el clima determina en gran medida los tipos de alojamientos, la arquitectura turística en sí, los sistemas de acondicionamiento y hasta el diseño urbano. Por lo que un clima cambiante es perjudicial para estas infraestructuras ya construidas.
- En los transportes y desplazamientos: el clima tiene influencia en el buen funcionamiento de los transportes y comunicaciones, facilitando o condicionando el desplazamiento turístico
- Suponen un factor de reclamo turístico: las horas de sol y las temperaturas suaves son, en la mayoría de los casos, un factor decisivo para la elección de un lugar de vacaciones. La mayoría de empresas turísticas incorporan el clima en la imagen de marca del producto a modo de factor de reclamo.