Pueden definirse algunas líneas de acción cuyo objetivo será minimizar los efectos del cambio climático en nuestra salud.
En este caso las recomendaciones son estudios enfocados a conocer mejor el nuevo ambiente en el que viviremos:
- Determinar las zonas climáticas más y menos favorables para el desarrollo de enfermedades cuya incidencia es importante, en especial para las contagiosas.
- Estudiar la calidad del aire en el interior de los edificios con sistemas artificiales de acondicionamiento, principalmente enfocado a la transmisión de enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio.
- Evaluar los tiempos límite de exposición a la radiación solar en función de las condiciones atmosféricas.
- Realizar estudios para determinar qué grupos de individuos y en qué zonas geográficas o asentamientos son más vulnerables a las variaciones climáticas desde el punto de vista de la salud.
- Establecer un sistema de vigilancia epidemiológica ambiental en las áreas especialmente vulnerables al cambio climático o las densamente pobladas. Realización de estadísticas de morbilidad y condiciones ambientales relativas a la fauna, flora y vectores de las enfermedades.