Dependiendo del tiempo en el que se produzcan los cambios en las condiciones climáticas las plantas serán capaces de adaptarse o no a las nuevas condiciones del hábitat.
Además, las olas de calor dañarán cosechas y la disminución de las reservas de agua afectará a los cultivos gravemente. Esta afección será mayor en las regiones que ya están sufriendo escasez de agua, como el área mediterránea o África. Sin embargo en otra parte del mundo se producirán daños en los productos agrícolas por inundaciones.
En general, el incremento de las concentraciones de dióxido de carbono y el aumento de las temperaturas podrían hacer crecer más a los vegetales, porque sus niveles de fotosíntesis serían mayores, pero también necesitarían más agua y si no se da un aumento de las precipitaciones el efecto positivo del cambio del clima podría desaparecer, produciéndose la desaparición de áreas cultivadas, o la propagación de especies que consuman menos agua.
Según el informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), en el sur de la Unión Europea disminuirán los rendimientos de los cultivos, desplazándose las zonas más productivas hacia el norte.