Objetivo
- Elaborar una lista de mejoras posibles y evaluar su viabilidad en la empresa.
Instrumentos
- En función de los datos obtenidos en el estudio energético y evaluando el listado de buenas prácticas, proponer todos los cambios que conlleven un ahorro de energía.
Los datos se analizan y se relacionan entre sí para determinar unos indicadores energéticos, pudiendo ser consumos totales por empresa o, mejor, consumos diferenciados según equipos e instalaciones, si la empresa tiene varios edificios (oficinas, fábrica y almacén, por ejemplo).
Estos indicadores de consumo pueden compararse con los de instalaciones, procesos o actividades similares a las de la propia empresa para saber si éstos son más altos o más bajos y si la empresa está desperdiciando energía. Este proceso de comparación se denomina benchmarking.
Estos indicadores son los que se medirán período tras período -por ejemplo cada dos meses, coincidiendo con el período de facturación de las principales compañías de suministro energético- para determinar si se ha producido ahorro y en qué proporción.