El VI Foro ISTAS plantea la necesidad de una estrategia integral para hacer frente al riesgo químico
Con más de 500 participantes, 24 ponentes en las sesiones plenarias y 60 en las sesiones simultáneas, el VI Foro ISTAS ha puesto sobre la mesa una notable cantidad de conocimientos científicos, reflexiones profesionales y sindicales y experiencias de prevención que muestran la necesidad de plantear una nueva estrategia integral para afrontar el riesgo químico.
En la clausura del del VI Foro ISTAS han intervenido Pedro J. Linares y Llorenç Serrano, que son, respectivamente, el secretario de Salud Laboral y el secretario de Medio Ambiente de CCOO, y el director de ISTAS, Fernando Rodrigo.
Llorenç Serrano, secretario de Medio Ambiente de CCOO, ha reclamado al Gobierno que elabore una estrategia española para la prevención del riesgo químico con objetivos cuantificables, indicadores, funciones de las distintas administraciones autonómicas y que incorpore la participación social. 'Para desarrollar dicha estrategia, debería crearse una agencia que coordinase las distintas políticas de prevención del riesgo químico que se impulsen desde las comunidades autónomas y departamentos ministeriales concernidos', ha señalado Serrano. En el mismo sentido, Pedro J. Linares, secretario de Salud Laboral de CCOO, ha reclamado al gobierno español un mayor liderazgo en el proceso de declaración de sustancias candidatas a la autorización de Reach, la norma europea de control de sustancias químicas, que entró en vigor el pasado 1 de junio de 2007.
Por su parte, Fernando Rodrigo ha destacado algunas conclusiones que se desprenden de un primer análisis de estos tres intensos días de trabajo:
1) Es necesario desarrollar estrategias globales de salud pública, salud laboral y salud ambiental para hacer frente al riesgo químico.
2) Hemos de trabajar por la plena visibilidad y por el reconocimiento de todos los daños derivados del trabajo. Las diferencias internacionales hablan con claridad del subregistro de enfermedades profesionales en España y de la extraordinaria dificultad para su reconocimiento de las enfermedades profesionales. Mientras en Italia, en 2008, fueron 1750 los cánceres de origen laboral reconocidos, en España, tan sólo fueron reconocidos 60 en 2009.
3) Es necesario visibilizar los riesgos en relación a las desigualdades sociales y las diferencias de género. En Francia, el estudio SUMER 2003, muestra que el 70% de los trabajadores expuestos a cancerígenos son trabajadores manuales. En relación al género, Carmen Valls ha mostrado como de 681 personas expuestas a pesticidas 302 se vieron afectadas y desarrollaron patologías, y de ellas, el 96,3% eran mujeres.
4) La prioridad de las estrategias para hacer frente al riesgo químico ha de ser la sustitución de los productos químicos tóxicos. Frente a la química tóxica existen alternativas sostenibles y saludables y la sustitución es posible. Un caso claro son los datos aportados por Joel Tickner, que muestran que una política decidida de sustitución del tricloroetileno en el estado de Massachusetts, consiguió, en 15 años de acciones de incentivación de la innovación, un descenso del 80% en el uso de este disolvente cancerígeno
5) El trabajo conjunto de las organizaciones sindicales y de la sociedad civil que apoyan sus acciones de presión en sólidos estudios científicos, es la clave en todos aquellos terrirorios que han conseguido avances en la eliminación o reducción del riesgo químico. Hay que construir redes sociales y sindicales, nacionales e internacionales, para trabajar juntos por unas empresas y un medio ambiente saludables y sostenibles.
6) Cuando el 84% de las personas que padecen cancer han estado expuestas a cancerígenos -un dato aportado por los estudios realizados en Francia por Annie Thébaud- y hay estudios que muestran que el 88% de la población sana de cataluña tiene en su propio cuerpo restos de DDT, un producto químico prohibido hace más de 30 años, es evidente que no estamos ante un problema de salud laboral, sino ante un problema de salud pública de enorme envargadura que se genera en el entorno laboral y se transmite al medio ambiente y a la ciudadanía.
7) La prevención del riesgo químico exige combinar los principios de prevención y de precaución en las empresas y en la sociedad.