El trabajo en oficinas se desarrolla bajo una gran diversidad de situaciones contractuales, que en gran medida condicionan las condiciones de trabajo, los riesgos y la prevención. Junto a situaciones muy reguladas y controladas respecto a la salud laboral, existe todo un colectivo de nuevos trabajadores mal contratados: con contratos precarios, a tiempo parcial, etc. Estos colectivos suelen trabajar en espacios peor diseñados y estar sujetos a una peor organización del trabajo, sus salarios son mucho más reducidos, etc.
Con todo, los diversos colectivos tienen riesgos en común.
La generalización de los ordenadores en las oficinas ha dado lugar a un nuevo patrón de problemas de salud, relacionados con las posturas estáticas y los movimientos repetidos. Las zonas del cuerpo afectadas con más frecuencia son los miembros superiores y el cuello.
También la calidad del aire interior suele ser un problema, especialmente en los llamados "edificios inteligentes".
El ordenador, normalmente, no es el único equipo presente en oficinas grandes. El ruido generado por la combinación de fotocopiadoras, impresoras, teléfonos y sistema de ventilación es con frecuencia superior al nivel recomendado para permitir una conversación personal o telefónica (45 a 55 decibelios) y puede interferir con la concentración y elevar así los niveles de irritación y estrés.
El estrés suele ser un problema muy frecuente entre los trabajadores de las oficinas, lo que indica una deficiente organizaición del trabajo.