Enseñantes | ISTAS

En la enseñanza se corren riesgos. Se trata de una profesión dura por la responsabilidad y dedicación que exige, y porque trata con personas: niños, jóvenes en edades conflictivas y sus padres, con compañeros de trabajo, etc. Pero no estos los únicos riesgos que deben ser prevenidos.

Docencia y salud

La actividad docente se extiende desde la educación preescolar hasta las instituciones de postgrado, y no solo abarca la enseñanza académica, sino también la formación científica, artística y técnica en teatros, talleres y laboratorios, educación física en campos de deporte, gimnasios y piscinas, tanto en educación reglada como en continua, en centros de enseñanza y fuera del entorno escolar.

Las tareas académicas básicas que se exigen de todos los enseñantes consisten en preparar las lecciones, lo que incluye el desarrollo de estrategias de aprendizaje, la copia de notas orientativas y la elaboración de recursos visuales auxiliares como ilustraciones gráficos y similares; impartir la clase, que requiere la presentación de información de un modo organizado que atraiga la atención del alumnado y procure su concentración, que motive, que dé él solo motivos para que aprendan. Las tareas pueden requerir también la utilización de proyectores, retroproyectores y ordenadores; redactar, asignar y calificar exámenes; y ofrecer asesoramiento individual a los alumnos.

Los docentes perciben un aumento de las exigencias de las familias hacia los enseñantes, junto a mayores responsabilidades derivadas de la normativa, y un aumento de las peticiones públicas para que el sistema educativo haga frente a los nuevos desafíos sociales. Y algunos docentes consideran que desarrollan su tarea en un contexto de pérdida progresiva de consideración social de su tarea, trabajando con un alumnado más desmotivado y cuyo comportamiento grupal se revela más complejo.

Riesgos específicos de los enseñantes

Es una actividad que suele caracterizarse por un considerable grado de exigencia, que en muchos casos origina estrés, absentismo y agotamiento.

El profesorado de educación infantil o especializada tiene que mover tanto o más peso que cualquier trabajador de cualquier otro sector, con la agravante de que cuando levanta del suelo uno de esos pesos, es un peso frágil, delicado.

Quienes dan clase de formación profesional trabajan con máquinas y herramientas industriales y con sustancias y materiales peligrosos. Aquellos que enseñan ciencias naturales o física o química cada vez que entran en el laboratorio se encuentran de tipo "higiénico".

Existe una preocupación cada vez mayor por la posibilidad de que algunos entornos escolares contengan materiales cancerígenos como el amianto, campos electromagnéticos generados por la cercanía de líneas eléctricas de alta tensión, plomo, radón o plaguicidas utilizados para el control de plagas en centros docentes (algunos estudios los han relacionado con aumentos en los índices de mortalidad proporcional por cáncer de mama en profesoras) y posean una atmósfera contaminada.

La violencia en el lugar de trabajo es un problema de creciente importancia y de especial interés para los enseñantes. Muchas veces los docentes sufren estrés por el mal comportamiento de los alumnos, además de los riesgos físicos, menos habituales, afortunadamente.

El ruido es otro riesgo que a menudo resulta ignorado, afectando principalmente a los docentes de infantil.

La mayoría del personal docente son mujeres (60,7 % en los centros públicos de gestión directa del Ministerio de Educación y Cultura) y esto plantea la cuestión el doble papel desempeñado como trabajadoras y madres.

En las universidades y escuelas universitarias, el gran número y amplia gama de operaciones y materiales peligrosos que se utilizan en la enseñanza, la investigación y las actividades de servicios auxiliares representan un reto para la gestión preventiva. Los riesgos en materia de seguridad y salud no siempre son reconocidos de inmediato y con facilidad por el personal académico de alta cualificación, que suele prestar escasa atención a los controles legislativos o administrativos por considerarlos factores que limitan su libertad académica.

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