El Consejo de Empleo y Políticas Sociales de la Unión Europea hace un llamado a luchar contra la precariedad laboral para prevenir los problemas de salud mental

UE

El pasado 9 de octubre el del Consejo de Empleo y Políticas Sociales de la Unión Europea realizó un llamamiento institucional en relación al impacto negativo de la precariedad laboral en la salud mental de las personas trabajadoras en Europa. El texto de conclusiones aprobado pretende ser clave a la hora de establecer la protección de la salud mental a través de cambiar las condiciones de trabajo en el contexto laboral como una prioridad en la agenda política de la UE.

La existencia de esta acción institucional se justifica a partir de una serie de compromisos adquiridos por los países miembros y por la propia UE en materia de trabajo seguro y saludable, también en lo que a salud mental se refiere. Entre los compromisos recogidos por este novedoso texto destacan los Artículos 3 y 31 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE referidos al derecho a la integridad física y mental de las personas  a la vez que el derecho al trabajo digno y seguro respectivamente. También el Principio 5 del Pilar Europeo de Derechos sociales que expresa que las relaciones de empleo que dan lugar a condiciones de trabajo precarias deben evitarse, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG 8 on Decent Work and Economic Growth) incluidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, las disposiciones firmadas en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (Occupational Health and Safety Convention 155/1981 and 187/2006 and Centenary Declaration for the Future of Work) y la Directiva Marco Europea 89/391/EEC sobre salud y seguridad ocupacional.

El contenido del texto refleja los devastadores efectos que tiene la precariedad laboral en la salud mental de las personas trabajadores y establece sin ningún tipo de dudas la relación que existe entre estar expuesto/a a la precariedad laboral y desarrollar problemas de salud mental. La OSHA define empleo precario como “aquel tipo de empleo mal pagado, inseguro, desprotegido y que no permite sostener materialmente un hogar”. El trabajo precario tiene que ver por tanto con los derechos laborales, el contenido del trabajo, su organización, las condiciones de trabajo, la seguridad y la salud (incluidos los riesgos psicosociales del trabajo). La salud mental por otro lado se define como “un estado de bienestar en que el individuo es consciente de sus capacidades y puede afrontar los desafíos normales de la vida y trabajar de manera productiva y provechosa”. La relación causal entre ambos se ha establecido de manera fehaciente en base a criterios científicos y a evidencia académica de la mayor calidad disponible hasta ahora.

Finalmente, y en concordancia con todo esto, el texto establece un llamamiento a los 1) Estados miembros de la UE, 2) la Comisión Europea, y 3) los agentes sociales con el objetivo de aplacar la precariedad laboral y sus efectos nocivos mediante la ejecución de una serie de acciones dirigidas a mejorar la salud mental de los ciudadanos europeos interviniendo directamente en sus condiciones de trabajo. Simultáneamente, muchas de estas acciones, forman parte de unas demandas y una estrategia más amplia impulsada históricamente por los sindicatos europeos para fortalecer la salud de los trabajadores y sus derechos y a la que ahora se suma la presidencia española de la UE. Una buena muestra de ello es el trabajo conjunto realizado en el Dictamen exploratorio del Consejo Económico y Social de la UE (SOC/745-EESC-2023) aprobado este mismo año.

 

Algunas de las acciones que recoge el presente llamado
  • Aplicar de manera efectiva la legislación existente a nivel nacional y europeo sobre riesgos psicosociales del trabajo de acuerdo con la directiva Marco 89/391/EEC adaptada a las nuevas realidades del trabajo.
  • Promover políticas de empleo de calidad que reduzcan la precariedad de todo tipo incluyendo la inseguridad laboral que comportan determinados tipos de contrato (muy señaladamente el contrato temporal y a tiempo parcial involuntarios), los bajos salarios o los factores que dificultan el ejercicio de derechos colectivos e individuales en el lugar de trabajo.
  • Promover el diálogo social que obstaculice las prácticas precarizadoras de la ocupación para favorecer la protección y la mejora de la salud mental.
  • Promover la conciliación laboral, personal y familiar asegurando el cumplimiento de la regulación sobre tiempo de trabajo.
  • Fortalecer los sistemas de información y monitorización para asegurar una correcta vigilancia de la salud mental ocupacional incluyendo los riesgos psicosociales del trabajo y los factores organizacionales que los originan.
  • Asegurar el acceso asequible a los servicios de atención a la salud mental (prevención terciaria) prestando atención a la disponibilidad de profesionales en este sector.