Inserción laboral, clase social y salud

Logos fundación e ISTAS

Hacer un trabajo u otro nos sitúa en algún punto del proceso de producción. Las exposiciones son diferentes no sólo respecto a los factores materiales que rodean cada tarea, sino también en cuanto a la organización del trabajo. De igual manera, varían las condiciones de vida y de salud.

La clase social es uno de los más poderosos determinantes de la salud: se ha señalado en diversos estudios que las personas de las clases sociales más bajas enferman más, viven menos años y, de estos, más años con incapacidad que las personas de clases sociales altas.También las tasas de morbilidad y mortalidad son mayores para quienes tienen las posiciones laborales más bajas o están desempleados.

Esto es así porque la clase social implica diferentes exposiciones en la mayoría de ámbitos de nuestra vida (trabajo, ambiente urbano, familiar…): las personas en los estratos socioeconómicos más bajos tienen menos acceso a servicios sanitarios, viven en ambientes más desfavorables por la salud, trabajan en condiciones peores y más precarias y tienen menos oportunidades de seguir conductas de salud saludables (se alimentan peor, fuman más, practican menos actividades de ocio…).

El control del propio proceso de trabajo, por ejemplo, se relaciona con la clase social y el género, de forma que los trabajadores que realizan tareas de ejecución tienen un nivel de control inferior al de los trabajadores que realizan tareas de diseño, y las mujeres suelen tener niveles de control inferiores a los de los hombres de la misma clase social, ocupación y categoría.

En los últimos años se está poniendo de manifiesto la importancia de tomar en cuenta las formas de contratación y las condiciones de empleo como parte del estudio de las condiciones de trabajo que afectan a la salud.

Las tasas de paro elevadas que sufren algunos colectivos en particular, y la aparición de nuevas formas de organización del trabajo y de la producción (descentralización productiva, producción flexible flexibilidad contractual, funcional, geográfica, salarial, en la ordenación del tiempo de trabajo…), la temporalidad de la contratación, la movilidad funcional y geográfica y flexibilidad en la ordenación de la jornada de jornada, la aparición de formas de trabajo atípicas (trabajo a domicilio, tele trabajo…) son formas de lo que llamamos precarización de las relaciones de trabajo.

Se ha descrito que las personas desempleadas tienen mayores tasas de mortalidad, de altas e ingresos hospitalarios, hipertensión, alcoholismo, tabaquismo, adicciones a fármacos, depresión, suicidio, y ansiedad. Estos efectos también se han observado en relación a la vivencia de la amenaza de paro (por ejemplo, en situaciones de regulación plantillas), reflejando el efecto negativo de la inseguridad en el empleo y en les condiciones de trabajo.

En suma, la salud de los trabajadores está condicionada por la clase social (o dicho con otra terminología y otra perspectiva, por la inserción en el "mercado de trabajo"). La clase social condiciona en gran las condiciones de vida por una parte, y las condiciones de trabajo por otra.

Ambos aspectos determinan en gran medida los riesgos en el trabajo, y en particular hay que destacar su influencia en el ambiente psicosocial de trabajo. Además, a estas condiciones se le suman las características del trabajo doméstico y familiar, particularmente determinantes en bienestar de las mujeres.

 

Clase social

Las clases sociales y la pobreza

Desigualdades de clase, ambiente psicosocial en el trabajo y salud

Desigualdades sociales en mortalidad en áreas pequeñas en España

Types of employment and health in the European Union (tipos de empleo y salud en la Unión Europea)

Employment Conditions Knowledge Network

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