La mayoría de los trabajadores acceden a los centros de trabajo en vehículo privado. Es necesario cambiar la tendencia y trasvasar viajes hacia los modos ambientalmente más benignos y socialmente más seguros (transporte público y modos no motorizados). Aunque esta no es una tarea fácil, el sindicato tiene que intervenir sensibilizando a los trabajadores.
El transporte público (metro, ferrocarril -cercanías u otros-, tranvía, autobús...) es un medio imprescindible para el acceso de los trabajadores hasta las empresas. El funcionamiento de éste debe contar con itinerarios, frecuencias e infraestructuras adecuadas (marquesinas, andenes, información en paradas, accesibilidad universal, etc.).
En ciudades cada vez más congestionadas los trabajadores necesitan servicios de autobuses urbanos que circulen por carriles bus segregados del resto del tráfico rodado, que garantice una mayor fluidez y puntualidad. Los servicios de autobuses deben ofrecer servicios atractivos en relación a los horarios, frecuencias, tiempos de viaje, tarifas y seguridad. Estas líneas de transporte pueden conectar con municipios cercanos, o prestar servicios «lanzadera» desde una estación de transporte público de gran o media capacidad (ferrocarril de cercanías, tranvía o metro).
En cuanto a los modos no motorizados, la bicicleta es un medio de transporte adecuado hasta el radio de acción de los 7 km, lo que permite cubrir un buen número de desplazamientos desde el domicilio al trabajo. Hay que partir del hecho de que este medio es ajeno a la gran mayoría de los trabajadores, y por tanto introducir este modo como una alternativa más de desplazamiento es más lento y difícil. Bien distinto sería si la empresa contara con una red de carriles cercana. En este sentido, los trabajadores deberán exigir a los ayuntamientos el diseño de carriles bici hasta las zonas productivas; Igualmente deben existir enlaces con los sistemas de transporte público que permitan el acceso con bicicleta y la ampliación del radio de cobertura ciclista a distancias superiores a través de las estaciones ferroviarias.
Son muchos los trabajadores que residen cerca de sus centros de trabajo, pero que por diversas razones no acceden caminando (ausencia de itinerarios adecuados, peso de la cultura del automóvil, etc.). Para hacer atractivo este modo será necesario reivindicar a los ayuntamientos, conjuntamente con la dirección de la empresa, adecuados accesos peatonales; esta red deberá estar formada por un conjunto de itinerarios cómodos y seguros, que atiendan las necesidades de cruce y permeabilidad de las vías motorizadas. Igualmente será necesario conectar con los principales focos de generación de viajes internos, como las paradas y estaciones del transporte colectivo.