Se trata de una etapa previa a la puesta en marcha del plan; es el momento en que se detecta el problema, se valora su dimensión inicial, buscando alternativas viables para mejorar la situación de partida. Cualquier decisión que se tome en relación con la conveniencia de poner en marcha un Plan de Movilidad debe contar con el consenso de todos los agentes implicados; sólo de esta forma podrá conseguirse en el futuro resultados exitosos en la mejora en la accesibilidad y movilidad. Para ello deberán realizarse reuniones entre la dirección de las empresas, los representantes de los trabajadores y las administraciones públicas, intentando lograr una posición de consenso en relación a los problemas existentes, y objetivos que se desean conseguir en el futuro. Una vez que se ha tomado la decisión, se pone en funcionamiento un plan.