El Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo vota este miércoles 24 varias propuestas, como utilizar la biomonitorización para evaluar la exposición de la población a estas sustancias tóxicas
La exposición de los ciudadanos europeos a disruptores endocrinos, sustancias capaces de perturbar nuestro equilibrio hormonal, es una preocupación creciente en el seno de las instituciones comunitarias. Este mismo miércoles 24, el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo votará varias propuestas encaminadas a reducir la exposición de los ciudadanos a dichas sustancias químicas nocivas. Una de las más significativas es la biomonitorización humana, es decir, medir los contaminantes en la población para evaluar de forma fehaciente los niveles de exposición y tomar las decisiones de protección más adecuadas y ajustadas a la realidad. Distintas organizaciones sociales españolas (Ecologistas en Acción, Greenpeace, Fundación Vivo Sano, UGT, CCOO, Asquifyde y Fodesam) se han movilizado para concienciar a los miembros de dicho comité de la necesidad de votar determinadas propuestas y de que el cambio legislativo entre en vigor antes de 2015.
Lo que tiene sobre la mesa el Comité de Medio Ambiente es el borrador del informe sobre la propuesta de decisión del Parlamento y el Consejo sobre el próximo Programa de Acción Medioambiental (7º PAM), que esta vez lleva el título “Viviendo mejor dentro de los límites de nuestro planeta”. La votación de mañana miércoles someterá a la consideración de los eurodiputados distintas propuestas. Las siete organizaciones sociales mencionadas han remitido una carta a los miembros del Comité instándoles a votar a favor de determinadas propuestas concretas que mejoren la protección de los europeos ante diversas sustancias químicas tóxicas presentes en nuestro entorno cotidiano.
“Existe una preocupación importante sobre estos temas y eso tiene que reflejarse de forma explícita en el 7º Programa de Acción Medioambiental. Queremos que haya una política proactiva y global de protección contra los disruptores endocrinos y contra el efecto cóctel que produce la combinación de sustancias químicas”, explica Dolores Romano, de Ecologistas en Acción.
“Esta normativa es importante para todos los ciudadanos europeos, pero lo es mucho más para los grupos de población más vulnerables, como las mujeres embarazadas y los niños, y la propuesta que se debate mañana tiene que contemplarlo”, añade Asquifyde.
Los trabajadores son también población vulnerable expuesta a los efectos dañinos de estas sustancias tóxicas en sus lugares de trabajo y por ello CCOO y UGT reclaman especialmente la incorporación de los cambios mencionados en el 7ª PAM.
“Ya ha pasado con los anteriores programas de acción medioambiental: se plantean objetivos que no alcanzan a cumplirse y en el siguiente programa vuelven a plantearse los mismos objetivos. Exigimos que se pongan metas claras a corto plazo, que se regule claramente el principio de precaución y que de una vez entre en vigor el principio de que quien contamina, paga. Y todo ello debería estar en marcha para el 2015, no se puede esperar más”, reclama Sara del Río, de Greenpeace.
Las enmiendas que se voten mañana se incorporarán al informe final que examinará el pleno del Parlamento Europeo, de donde saldrá una propuesta legislativa que después tendrá que analizar la Comisión. “Por eso es importante esta fase del debate. Si los eurodiputados no se conciencian ahora sobre el problema de los tóxicos químicos y no votan ahora en el sentido correcto, seguiremos hasta 2020 con una política medioambiental europea tibia en la que la salud de los ciudadanos europeos no será más que un concepto abstracto sin ninguna protección efectiva ante los riesgos reales que nos llegan ahora mismo de la mano de estas sustancias cotidianas”, afirma Nadia Bennich, de la Fundación Vivo Sano.
“Es importante que se haga caso de nuestra reivindicación para dar cumplimiento a la reciente petición hecha por la Organización Mundial de la Salud en un informe sobre la cuestión, en el que reclamaba que se adopten medidas para reducir la exposición a los disruptores endocrinos para prevenir una serie de problemas de salud”, explica Carlos de Prada, de Fodesam.