UNA HUELGA EN DEFENSA DE LA SALUD LABORAL

Una huelga contra una reforma que es un ataque frontal a los derechos de los trabajadores y a la salud laboral

La reforma laboral del Gobierno del Partido Popular, atenta gravemente contra los fundamentos de la salud laboral

La mayor amenaza para la salud de las personas la constituye la pérdida del empleo o el temor a perderlo. Esta reforma laboral facilita, abarata y promueve el despido. Para la mayoría de las personas la amenaza de pérdida del empleo se agudiza. Ello afecta de manera muy importante al sentimiento de inseguridad frente al presente y al futuro. A mayor precariedad laboral, mayor vulnerabilidad, peores condiciones de trabajo y más riesgos para la salud.  

El impacto en la salud de la pérdida del empleo afecta directa y gravemente a quien lo padece, pero produce también un empeoramiento en las condiciones de trabajo y de salud de las personas que se quedan en las empresas. Entre las personas que pierden su empleo, aparecen, de manera rápida y directa, síntomas de ansiedad, insomnio, alteraciones nerviosas, problemas de aparato digestivo, aumento de las adicciones, irritabilidad, problemas circulatorios, de piel, y hasta un aumento demostrado de los  suicidios. El temor a perder el empleo, provoca igualmente fuertes perjuicios para la salud física y psíquica.

La reforma concede al empresario una disponibilidad total para establecer y modificar unilateralmente las condiciones de trabajo, el salario, la jornada  y la movilidad funcional y geográfica de los trabajadores, bajo amenaza de despido para los que no lo acepten. La organización del trabajo determina las exposiciones a riesgos psicosociales y con esta reforma los trabajadores quedan absolutamente inermes ante el poder empresarial y van a ver seriamente empeoradas sus exposiciones a riesgos psicosociales.

El descuelgue del convenio se convierte en norma para las empresas. Los avances en materia de salud laboral que se habían ido consiguiendo con mucho esfuerzo y trabajo a lo largo de los últimos 15 años, introduciendo cláusulas en los convenios que mejoraban la prevención de riesgos, se pueden perder.

El derecho a la salud se pone en peligro por la modificación del artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores que permite despedir de manera objetiva -20 días por año trabajado con un máximo de 1 año- a las personas que en dos meses consecutivos falten el 20% de los días –o el 25% de los días  en 4 meses a lo largo del año - por razón de enfermedad a pesar de tener una Incapacidad Temporal otorgada por un médico del Sistema Nacional de Salud. Estar enfermo supone caer en riesgo de ser despedido. El presentismo –acudir al trabajo estando enfermo- se agudizara, con los problemas colaterales que eso genera: empeoramiento, recaídas, contagios a personas cercanas, mayor peligro de sufrir un accidente y a la postre, menor productividad.