La industria del vidrio trabaja con calor por lo que tiene el reto de evitar que los trabajadores resulten expuestos y sufran daños a su salud.
Durante la fusión de la materia prima y el conformado del material vitrificable, en el interior de los hornos se pueden alcanzar temperaturas muy elevadas, en torno a los 1.600°C. Estos equipos emiten calor al ambiente, por lo que el entorno de trabajo puede alcanzar temperaturas muy altas. En verano, especialmente durante las olas de calor, además, se hace más difícil la reducción de la temperatura por ventilación, pudiendo afectar a las condiciones de trabajo y poniendo en riesgo la salud de los trabajadores.
Las medidas para prevenir el estrés térmico se han de sumar a las que se adopten para prevenir otro tipo de daños a la salud derivados del calor, como pueden ser las quemaduras de piel y las lesiones oculares, asociados a la exposición a radiaciones infrarrojas. En ningún caso, las medidas para la prevención de otros riesgos pueden suponer un riesgo para la salud.
Una medida muy importante para la protección de la salud de los trabajadores es la formación e información. Cualquier trabajador/a que realice tareas cerca de fuentes generadoras de calor tiene que estar informado/a tanto de los riesgos para la salud que suponen las altas temperaturas como de las medidas preventivas implantadas. Uno de los colectivos más afectados por el riesgo de calor en ambientes industriales son los que desempeñan tareas de mantenimiento, ya que estas, en ocasiones, se deben realizar sobre equipos que emiten una elevada energía radiante.