Es una de las principales conclusiones del estudio Estudio de políticas tarifarias para usuarios habituales del transporte público, elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO y que se ha presentado esta mañana en rueda de prensa. Mientras en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, un estudiante tiene un gasto anual de 336 euros, en las ciudades europeas analizadas este precio oscila entre la gratuidad de Viena y los 301,20 euros de Lyon. El Consorcio de Transportes de Madrid, además, limitan su validez a los veintiún años.
En Bélgica, los trabajadores pueden llegar a recibir una subvención de hasta el 100% de sus desplazamientos entre su lugar de residencia y el lugar de trabajo siempre que se haga en transporte público. En toda la región de Île-de-France, de la que París es capital, los asalariados tienen un 50% de descuento en el precio del abono anual y en la región metropolitana de Lyon, también en Francia, el programa PDE-PDA implica un descuento de entre el 25 y el 50% a través de un convenio entre empresarios y el organismo de transportes.
La apuesta por un transporte público eficiente se traduce en beneficios para la economía individual y colectiva. Por un lado, porque los gastos de tener un vehículo en propiedad ascienden a cerca de 6.000 euros anuales en la economía familiar (combustible, aparcamiento, seguros, reparaciones, etc.), aparte de los costes de adquisición del vehículo, que no suelen tenerse en cuenta a la hora de amortizarlos. Viajar en transporte público es entre tres o cuatro veces más económico que en coche.
Es una apuesta necesaria para reducir la dependencia energética española, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire de las ciudades, muchas de ellas con niveles que superan los límites permitidos por la legislación europea.
Madrid, 8 de julio de 2009