La producción de las empresas no sólo genera riesgos para los trabajadores/as en su interior, sino que puede ser causa también del deterioro del medio ambiente y repercutir sobre la salud de la población.
Las sustancias químicas peligrosas pueden liberarse al medio ambiente por las siguientes vías:
-
Vertidos: a través de desagües, tuberías, derrames o fugas.
-
Emisiones: a través de chimeneas, sistemas de extracción y ventilación o incluso a través de ventanas y puertas.
-
Residuos: los restos de productos peligrosos, sus envases y cualquier material contaminado con sustancias peligrosos (trapos, ropa, guantes, serrín, etc.) una vez que se depositan en vertederos, o se tratan en plantas especializadas o se queman en incineradoras, cementeras u otros hornos.
-
Bienes producidos: muchas sustancias químicas se liberan al medio ambiente desde los productos acabados mientras los utilizan los consumidores, Ej. Pinturas, plásticos, cosméticos, aparatos eléctricos y electrónicos, etc., o a través sus residuos.
Entre los peligros para el medio ambiente destacan la toxicidad para los seres vivos, la capacidad de contaminar el agua, la atmósfera o el suelo. Son especialmente preocupantes las sustancias que son persistentes y bioacumulativas:
-
Ecotóxicas: tóxicas para los seres vivos, se dividen según sean dañinas para organismos acuáticos o terrestres.
-
Contaminantes del agua: incluye las sustancias que favorecen el crecimiento excesivo de algas o plantas dificultando la vida acuática (sustancias eutrofizantes), Ej. Nitratos; y sustancias con capacidad de disolverse o permanecer en el agua, Ej. plaguicidas.
-
Contaminantes atmosféricos: sustancias que forman las nieblas de ciudades y zonas industriales, Ej. Contaminantes Orgánicos Volátiles (COV); sustancias que acidifican el agua de lluvia Ej. Óxidos de azufre o nitrógeno; sustancias que degradan la capa de ozono que protege la Tierra, Ej. halones; y sustancias que provocan el cambio climático Ej. anhidrido carbónico.
-
Persistentes: son sustancias que permanecen en el medio natural, no se degradan fácilmente y por tanto permanecen en el agua o suelo durante decenas de años, generando una amenaza para la salud.
-
Bioacumulativas: se acumulan en los tejidos grasos de los organismos y, por tanto, en la grasa de las personas y de los animales que consumimos, pudiendo provocar graves daños a la salud.