Como es habitual en estas fechas, el Ministerio de Trabajo ha publicado el avance de los Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales registrados en el primer semestre del año, y su comparación con los datos del mismo periodo de 2008.
Las tablas sobre accidentes de trabajo indican un descenso importante de los accidentes laborales registrados. Hay que destacar la importante reducción porcentual en accidentes mortales para todos los sectores productivos, aunque esta reducción destaca más en la industria y la construcción, superando el 40%. En cifras absolutas, estos datos indicarían que en 2009 se ha evitado la pérdida de 121 vidas en el trabajo.
Sin embargo, a la hora de interpretar las causas, no cabe adoptar una actitud excesivamente optimista.
Por una parte, hay que tener en cuenta que sería raro que en plena crisis económica las empresas, sin una mayor presión pública, estén haciendo mayores inversiones en prevención. Y es que, por el contrario, hay datos que indican que se está produciendo una reducción en los contratos de servicios de prevención ajeno y el impago de los servicios concertados con estas empresas, que no se debe, como podría esperarse siendo optimistas, a la asunción de más actividades preventivas con medios propios.
Por otra, es importante, a la hora de interpretar el significado de los datos, para la intervención pública y sindical, tomar en consideración cuáles son las características del actual entorno económico y laboral que pueden estar tras el descenso. En particular, habría que considerar que:
1. El Ministerio aún no ha ofrecido los Índices de Incidencia, que es el criterio que permite interpretar las tendencias, comparando cuántos accidentes por 100.000 trabajadores ocurren, en determinados sectores y momentos. Estos índices son importantes para valorar el verdadero significado del descenso. La actividad, y por lo tanto el empleo, ha disminuido en particular en uno de los sectores que más número de accidentes mortales padecía: la construcción. Este sector ha sido el más castigado por la crisis financiera que estamos padeciendo y ha disminuido de forma importante su peso en el tejido productivo. El importante descenso de los accidentes mortales en el sector de industria podría estar relacionado también con la disminución de la actividad constructiva, aunque esto debe ser estudiado detenidamente.
2. Hay un aumento del desempleo y debido a la segmentación de nuestro mercado laboral, este no se ha distribuido de manera aleatoria sino que se ha correspondido, precisamente, con los segmentos sociales más precarizados, con más temporalidad y contratación irregular, en los que se venían registrando mayor incidencia de accidentes de trabajo.
3. La crisis económica, además de la caída del empleo, suele llevar aparejada una disminución de la intensidad del trabajo. En general, se eliminan horas extraordinarias y se trabaja a menor ritmo, reduciendo la exposición, sobre todo en determinados sectores. Esto es difícil de medir y evaluar, dado que las estadísticas no lo reflejan, pero sus efectos son reales.
4. Los parados pueden haber ido a parar a la economía irregular con lo que crecería el subregistro de los AT: la crisis y el desempleo propician la aceptación de condiciones de trabajo más precarias, y los colectivos más vulnerables estén ejerciendo su actividad laboral de forma irregular, y los trabajos más peligrosos, los que más accidentes producen, se pueden estar realizando fuera del sistema de control de riesgos laborales.
5. La reducción de la pérdida de vidas por accidentes en carretera in itinere, que está detrás de un sexto de las muertes por accidente de trabajo “ahorradas” en 2009, es paralela al descenso que se viene produciendo en los índices generales de mortalidad en carretera, y habría que considerar más detenidamente sus causas.
Estos aspectos indican que son necesarias políticas públicas de control de las condiciones en las que realmente se está trabajando, para que los accidentes de trabajo no ahonden aún más las tremendas injusticias laborales.
Por otra parte, el descenso de las enfermedades profesionales registradas no puede representar una buena noticia acerca de la salud de la población trabajadora, ya que partimos de un extremo subregistro y no se han abordado medidas relevantes que corrijan las deficiencias de nuestro sistema de reconocimiento de las Enfermedades Profesionales.
El avance de los datos de accidentes se puede consultar en http://www.mtin.es/estadisticas/eat/Eat09JunAv/A/index.htm