Esta mañana comienza la sesión de investidura en el Parlamento de la que saldrá elegido el nuevo presidente del Gobierno.Para Comisiones Obreras es imprescindible que el nuevo Ejecutivo cuente con un Ministerio de Medio Ambiente, con todas las competencias relacionadas con estas materias, y que apueste por la economía verde como una de las vías para salir de la crisis. Diversos estudios de ISTAS-CCOO han puesto de manifiesto las posibilidades de generación de empleos verdes si se aplican las políticas adecuadas. El nuevo Gobierno debería establecer los marcos normativos adecuados para impulsar una economía sostenible basada en la eficiencia energética y generadora de empleo verde. CCOO demanda la participación de los agentes sociales en este proceso.
En el marco de la Unión Europea, el Ejecutivo debería promover negociaciones para tener cuanto antes un acuerdo jurídico global vinculante que establezca objetivos ambiciosos de reducción de emisiones para mitigar el cambio climático y poner en marcha a nivel nacional medidas efectivas para una reducción de las emisiones de acuerdo con esos compromisos.
En este sentido, la fiscalidad medioambiental es una herramienta de la que no se puede prescindir para el cambio de modelo energético y productivo que necesita la economía española. Un cambio que pasa por reforzar la apuesta por las energías renovables, mejorando los apoyos y la seguridad de las inversiones de las empresas, que contribuirá a desarrollar la capacidad tecnológica y la industria nacional. Es necesario establecer un calendario de cierre de las centrales nucleares que tenga en cuenta la garantía de abastecimiento y la seguridad de las instalaciones y con una transición justa para los trabajadores.
El futuro Gobierno debería elaborar y aprobar una ley de movilidad sostenible que apueste por la planificación de la movilidad en distintos ámbitos y por el cambio modal potenciando los sistemas de transporte más sostenibles.
Y reforzar los medios para desarrollar políticas de prevención del riesgo químico y elaborar una estrategia de química sostenible o química verde basada en la protección de la salud y en la sustitución de determinadas sustancias más peligrosas. Debe establecer una estrategia global e integrada para la producción industrial limpia, basada en la prevención de la contaminación, en la generación de menos residuos y en el diseño de los productos, en vez de en la simple gestión de los problemas que se derivan del actual modelo de producción y consumo.
Por último, el Gobierno ha de potenciar el desarrollo rural a partir de la gestión sostenible de los recursos naturales y de los bosques, incluido el aprovechamiento energético de la biomasa.