Comienza la Semana de la movilidad y la ley de movilidad sostenible sigue ausente
Desde hoy y hasta el próximo 22 de septiembre asistimos a una nueva edición de la Semana de la movilidad y el Día sin coches, en esta ocasión bajo el lema Desplázate de forma eficiente. Mejora tu movilidad. Como en las ediciones anteriores, Comisiones Obreras lamenta que las palabras y las declaraciones de las Administraciones responsables vayan por un lado y las políticas de movilidad urbana por otro, ancladas aún en conseguir la mayor fluidez del tráfico posible, un camino opuesto al que dictan todas las recomendaciones internacionales. Una de las pruebas más palpables de esta contradicción entre las palabras y los hechos –aunque no la única- es que la ley de movilidad sostenible, una herramienta básica para cambiar el modelo, sigue sin aprobarse.
Las anteriores ediciones de la Semana de la movilidad y el Día sin coches no han supuesto una implicación real de la ciudadanía. La participación de las organizaciones sociales preocupadas por la movilidad en nuestras ciudades se ha visto entorpecida y limitada y, sobre todo, no han cambiado de forma significativa las políticas respecto a la movilidad. Es más, la mayoría de los compromisos adquiridos por los municipios participantes lo han sido con carácter propagandístico y es muy difícil saber si están vigentes o no.
La apuesta por una movilidad sostenible no sólo es beneficiosa para el medio ambiente y la salud de los ciudadanos. También es un importante nicho de empleo. Con las políticas adecuadas, la movilidad sostenible podría emplear a 450.000 personas en 2020 (en 2008 eran 297.000) y reduciría la factura energética española en un 13%, según el estudio Movilidad sostenible y empleo elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO (ISTAS).
La ley de movilidad estatal, que se ha venido anunciado y que al final no ha visto la luz, hubiera sido una medida eficaz y un punto de inflexión para el cambio de modelo en España. La crisis ha demostrado la relación existente entre los países de la UE con mayores problemas estructurales y su elevada dependencia energética del petróleo, como es el caso de España.
La Semana Europea de la Movilidad nació en 2001 con el propósito de promover las actividades previas al Día sin coches. El objetivo es informar, concienciar y promover la participación de la ciudadanía para mejorar la calidad de vida de las ciudades. Se trata de demostrar en la práctica a los conductores los beneficios que tendría para ellos dejar el coche en casa: menos atascos, contaminación, accidentes, estrés. Pero la Semana de la movilidad se ha convertido en una actividad más de la rutina de nuestros ayuntamientos y ni sirve para generar debate sobre los problemas de movilidad, ni mucho menos para sensibilizar a la población sobre la necesidad de utilizar menos el vehículo privado en nuestra desplazamientos urbanos.
CCOO pide a las Administraciones públicas que elaboren y apliquen planes de movilidad sostenible en las ciudades y áreas metropolitana, que cuenten con la participación ciudadana y que limiten tanto el estacionamiento como la circulación de automóviles, reforzando y mejorando los transportes públicos y favoreciendo el transporte a pie y en bicicleta.
En esta edición se pretende resaltar la contribución de los coches al empeoramiento de la mala calidad del aire en nuestras áreas metropolitanas. Desde el año pasado los datos sobre emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión nos dicen que estamos claramente por encima de los límites legales establecidos por las directivas europeas, por lo que conviene recordar la “enorme contribución' de los automóviles a estas emisiones y a las de CO2, causantes del cambio climático.