El Gobierno debería actuar sobre los sectores difusos para reducir las emisiones de CO2

Madrid, 13 de marzo de 2009


El Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino publicó el día 12 de marzo los datos de emisiones de gases de efecto invernadero en 2007. Según el Ministerio ese año las emisiones de se situaron en el 52, 6% respecto a 1990, lo que supone un aumento del 2,1% respecto a 2006.

En su informe anual CCOO estimó hace un año que las emisiones en 2007 se incrementaron el 52,3% repecto a 1990. Según el informe que está elaborando en la actualidad respecto a 2008, es previsible que las emisiones se reduzcan respecto a 2007. Una de las razones de esta probable disminución habría que atribuirla a la crisis económica, que reduce la actividad energética

En opinión de Llorenç Serrano, secretario confederal de Medio Ambiente de CCOO, "es posible hacer mayores esfuerzos de reducción en los sectores difusos, como el transporte, que han duplicado sus emisiones desde 1990".

En este sentido, CCOO demanda que el borrador de la Estrategia de Movilidad Sostenible, que se presentará en el próximo Consejo Nacional del Clima el 25 de marzo, incorpore los aspectos sociales y económicos de la movilidad.

Es necesario una reorientación hacia modos de transporte más sostenibles y eficientes, como el ferrocarril, el transporte público y los modos no motorizados. El ferrocarril debería tener una mayor participación en el transporte tanto de viajeros como de mercancías, por lo que hay que reorientar parte de las inversiones previstas en carreteras para mejorar el conjunto de la red ferroviaria. Hace falta apoyar a corto plazo los vehículos de bajo consumo, híbridos y eléctricos, lo que además tendría una traducción en términos de mantenimiento y generación de empleo.

El borrador de Ley de Ahorro y Eficiencia Energética, que también se presentará en el próximo Consejo Nacional del Clima, debe incorporar medidas contundentes que supongan una limitación del despilfarro energético y el desarrollo del sector de la eficiencia, tanto en edificios como en instalaciones productivas.

Con los datos que maneja el Ministerio de Medio Ambiente, España podría cumplir con Kioto, ya que entre 2008 y 2012 las emisiones se situarían en torno al 36,58% respecto a 1990 y la diferencia entre esta cifra y el 15% que nos permite Kioto se cubriría con los mecanismos de flexibilidad.

Para Llorenç Serrano, "no se trata de que las circunstancias acompañen a las políticas sino que éstas sean capaces de resolver los problemas por sí mismas. En todo caso, la acción gubernamental no sólo debe medirse en el volumen de emisiones y en los escenarios posibles sino en la acciones que ha llevado a cabo".

Y añade: "Los mecanismos de flexibilidad no son un instrumento para cumplir objetivos sino un instrumento para alcanzarlos. España podría con Kioto si las emsiones no superaran el 15% respecto a 1990 o si lo hicieran pero se compensaran con los mecanismos de flexibilidad. Por supuesto, la primera opción sería la mejor para el país y para el medio ambiente".

La Unión Europea se comprometió el pasado diciembre a reducir en su conjunto, al menos, un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 en relación a los niveles de 1990. Lo hará reduciendo un 21% en los sectores industriales bajo régimen comunitario de comercio de emisiones y un 10% en el resto o sectores difusos en relación a los niveles de 2005. Dentro de los esfuerzos que cada país deberá hacer dentro de la Unión Europea, España ha salido beneficiada porque en 2005 las emisiones de gases de efecto invernadero se situaron por encima del 52% respecto a 1990.

El paquete europeo debería haber establecido mayores porcentajes de reducción para el sector transporte y la edificación. En cualquier caso debe servir a España para impulsar el cambio necesario de modelo productivo y energético y aprovechar una oportunidad en tiempos de crisis para crear empleos en sectores más sostenibles.