Poznan, 13 de diciembre de 2008
Durante dos semanas los gobiernos de 187 países se han reunido en Poznan (Polonia) para debatir las bases de donde debe salir el acuerdo multilateral que dé continuidad al actual Protocolo de Kioto. Este decimocuarta Cumbre del Clima (COP-14), se presentaba como una cita preparatoria de la siguiente cumbre, la que tendrá lugar al año que viene en Copenhague (COP-15), y así ha sido. No ha habido grandes avances, pero tampoco retrocesos.
"El ambiente en el que se ha desarrollado esta cumbre no era favorable para llegar a compromisos ambiciosos, con la crisis financiera global como fondo, la ausencia del presidente electo de Estados Unidos, Barak Obama, y una Europa demasiado centrada en las dificultades de adoptar un acuerdo común de lucha contra el cambio climático", ha señalado Begoña María-Tomé, del Área de Cambio Climático del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de CCOO y que ha formado parte de la delegación sindical internacional.
"Aunque, sin bien las circunstancias han sido adversas, tampoco se ha cedido a la presión de algunos países para limitar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero", ha añadido.
Dentro de los países desarrollados y, por tanto, con mayores emisiones históricas, la Unión Europea ha mantenido el objetivo unilateral de reducir el 20% en 2020 respecto a los niveles de 1990 y de un 30% en el caso de que haya acuerdo internacional.
Sin embargo, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón y Canadá han bloqueado la negociación para llegar a una reducción de entre el 25-40% en 2020, tal y como recomiendan los científicos de las Naciones Unidas para que la temperatura del planeta no suba por encima de los 2ºC y los efectos del cambio climático no sean devastadores.
Los países en desarrollo, por su parte, han sido más receptivos de lo que se esperaba y se han manifestado a favor de una reducción de sus emisiones a cambio de transferencia tecnológica. Este cambio es de suma importancia porque alguno de los países emergentes, como China, tienen en la actualidad unos niveles de emisiones brutas (no per cápita) similares a Estados Unidos.
Uno de los fracasos de la Cumbre de Poznan es que no se haya aceptado financiar el fondo de adaptación de Kioto mediante la imposición de una tasa a los mecanismos de flexibilidad, de aplicación conjunta y de comercio de emisiones, como ya está ocurriendo con los mecanismos de desarrollo limpio.
De cara a la próxima cumbre, la de Copenhague, CCOO espera que EEUU esté a la altura de su responsabilidad internacional e histórica, ya que es el principal emisor y sus emisiones quintuplican la media global. De lo contrario, será difícil que los países emergentes asuman compromisos propios.
"La actual crisis económica y financiera, además, debe ser un revulsivo para estimular el cambio hacia un nuevo modelo productivo, más sostenible, y hacer frente de forma multilateral y conjunta al cambio climático", ha señalado María-Tomé.
CCCO apoya la idea que ha planeado en la cumbre de desarrollar un Global Green New Deal, un nuevo contrato mundial impulsado desde los gobiernos que impulse el cambio hacia una economía "verde". El tránsito hacia este nuevo modelo productivo requiere de estímulos, tal y como ha señalado durante la cumbre el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ha reconocido el papel que en este proceso deben jugar los trabajadores.
La delegación sindical presente en Poznan, la mayor desde que se reúnen las partes del Convenio Marco para el Cambio Climático de las Naciones Unidas, se ha mostrado satisfecha con esta línea de acción, que recoge las demandas de los representantes de los trabajadores. Durante esta cumbre se ha reconocido a los sindicatos como observadores permanentes.
Para más información:
Begoña María-Tomé
Área de Cambio Climático de ISTAS-CCOO
bmtome@istas.ccoo.es
+34 619 27 44 19
Javier Morales Ortiz
Prensa ISTAS/CCOO-Medio Ambiente
609775260